Hace unos día mi mamá nos sorprendió con estas deliciosas alubias. El día estaba frío y lluvioso, así que las disfrutamos doblemente. Las comimos como plato fuerte acompañadas de pan y ensalada. Le puso salami porque no había chorizo.
El secreto según ella para este tipo de grano, así como para los garbanzos y los frijoles es cambiarle el agua tres veces para eliminar toda la nata que producen al hervir (y evitar los gases que producen).
Ingredientes:
3 tazas de alubias blancas
1 hoja de laurel
1 cucharadita de comino
1 cucharadita de orégano
una pizca de pimentón ahumado
2 cucharadas de aceite de oliva
1 taza de chorizo o salami en rodajas
1/2 cebolla
1/2 pimiento verde
1/2 pimiento rojo
2 papas en cubos
3 cucharadas de perejil fresco picado
un chorrito de vino seco o vino tinto
Preparación:
Calienta suficiente agua en una olla, cuando comience a hervir vierte las alubias y espera a que se forme una especie de nata. Retira del fuego, tira el agua, reserva los granos y vuelve a calentar agua. Repite la operación hasta tres veces.
Una vez hayas hecho esto coloca las alubias y la hoja de laurel con suficiente agua en la olla express y cocina de 20 a 30 minutos (o hasta que estén blandas).
En una sartén prepara el sofrito:
Calienta el aceite de oliva y vierte las rodajas de salami o chorizo, cuando comience a solar grasa retira y en esa grasa vierte el pimiento verde primero, unos tres minutos, luego añade el pimiento rojo, otros tres minutos.
Termina con la cebolla y el ajo, espolvoreando a la vez el orégano y el comino para que vayan impregnándose del aroma.
Sirve un poco de las alubias cocidas en la sartén para mezclarlas con el sofrito y regresa todo de vuelta a la olla.
Vierte el vino seco, el pimentón ahumado, las papas, sazona con sal y pimienta y cocina a fuego medio bajo por media hora más.
Tiempo de preparación: 1 hora
Rendimiento: 4 personas
Se ven divinas. Hace tanto que no como frijoles blancos.
ResponderEliminarMe encanta el tip de tu mami. Muchas veces no como frijoles en las noches por esas razones.
Besitos,
Vero
Oye, Enrique se había quedado en su blog y yo sin darme cuenta andaba comentando por ahí... Besos.
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